Un ruso con líneas de sangre excepcionales, ancestros campeones europeos con una predisposición genética fantástica. Un ejemplo de pedigrí impecable en su época. Su cabeza tiene la expresión de un auténtico Doberman, con un cuello largo y elegante, una cruz pronunciada, un hocico fuerte, seco y elegante y una espalda firme, auténtico representante de la belleza de esta noble raza.